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 TERTULIA DE HISTORIA - H74 - LA RUTA DE LA SEDA

Categoría: Historia
Fecha: 17/06/2019

RUTA DE LA SEDA. Enrique Cabellos.

Cronología de Marco Polo, 1254 – 1324, y su época. Coincide con Tomás de Aquino, Jaime I, Dante, Gonzalo de Berceo, Ramón Llull, la Leyenda Aúrea de Jacobo de la Vorágine, Giotto.

1254: Guillermo de Ruysbroeck, 1220-1293, fraile franciscano enviado por Luis IX de Francia como embajador ante mongoles y tártaros, llega al Karakorum.

1260: Los Polo invierten su dinero en joyas en Constantinopla, y parten hacia China desde Crimea. Kublai Khan es proclamado emperador del mundo mongol.

1265: los Polo visitan a Kublai Khan 1215 - 1294

1269: los Polo regresan en barco hasta Egipto, para hablar con el patriarca de Alejandría y buscar la colaboración pedida de Kublai con el papado.

1270: Hang Chen alcanza el millón de habitantes. Muere Luis IX.

1271: los Polo inician su segundo viaje con Marco. Los turcos toman el krak de los Caballeros.

1275: los Polo visitan a Kublai en Shang Tu.

1278: Marco Polo forma parte del Consejo Privado de Kublai

1279: los mongoles ocupan toda China y es el fin de la dinastía Song

1282: Kublai llega hasta Vietnam y Camboya. Vísperas sicilianas; Roger de Lauria vence a los angevinos.

1284: Marco Polo gobernador de Yang Chou /Yang Zhou

1285: Marco Polo viaja a Vietnam, India y Tíbet

1288: Rabano Sauma, embajador de Il Khan de Persia, es recibido por el papa Nicolás IV

1289: primera llegada de franciscanos a China y crean su primer convento en China.

1290: china tiene un censo de 59 millones de habitantes. Expulsión de los jesuitas de Inglaterra.

1292: los Polo regresan en barco, escoltando a la princesa futura esposa de Il Khan de Persia.

1294: muere Kublai Khan. Timur Oldyeitu primer Khan de la dinastía Yuan que muere en 1306. Los Polo llegan a Persia en su navegación, con final en Ormuz.

1295: los Polo en Venecia, después de 24 años de viaje, y de 13 al servicio del emperador.

1298: Marco Polo dicta su viaje a Rusticello (libro “Il Milione”). Muere en 1324

En todas las ocasiones M. Polo aparece como persona sencilla, nada orgulloso de su viaje, sincero, que no escenifica ni magnifica sus vivencias, tal como lo percibe su escribano. En toda su obra de “El Millón” aparece una información clara, con datos, con sentido común y con poca fantasía.

Su Venecia de 1255 contaba con casi 100.000 habitantes, había 7 grandes grupos humanos, desde los potentados y aristócratas hasta los humildes trabajadores de baja cualificación, en barrios muy separados. Destacaban los comerciantes que negociaban con productos de oriente, y los artesanos que producían lo que el mercado demandaba.

Desde mitad del s. XIII el papa mandaba emisarios a oriente con muy diferente éxito.

Génova y Venecia controlaban los puestos comerciales del mar Negro y el Mediterráneo oriental, donde recababan los productos orientales, en contacto con asiáticos, persas, árabes, bereberes del norte de África.

Karakorum era la única ciudad mongola de importancia al norte del desierto de Gobi, y consistía en un abigarrado campamento de gentes nómadas que viajaban con su ganado y sus caballos. Desde pequeños utilizaban el caballo como único medio de locomoción, adquiriendo una fabulosa habilidad y sintonía con el animal. El caballo no era tan solo un medio de transporte, ni un animal doméstico, sino algo así como una hibridación, que les permitía vivir sobre el equino durante meses, al tiempo que les daba sangre como proteína necesaria con una ligera puntada en la vena, tal como sucede en el sur de Uganda, Congo, Burundi en el pastoreo de bueyes. Las calles eran muy estrechas, dejando a penas ancho para mal cruzarse dos caballos. Las viviendas y tiendas eran cabañas formadas por pieles de animales, junto con alfombras para conseguir un pequeño microclima donde vivía toda la familia en gran promiscuidad. Sus vestidos eran igualmente de pieles que les protegían de intensos fríos durante unos 9 meses, con una corta estación de benévola temperatura, que permitía menos abrigo.

Gengis Khan, 1162-1227, unifica un mundo de tribus, creando un gran ejército que, desde Mongolia se expande a este y oeste, ocupando desde China del norte hasta Armenia para, en una segunda fase, avanzar al sur hasta India e Indochina, al tiempo que en el oeste llega al mundo turco. Su gran habilidad, como Cortés en México, es la de integrar a los diferentes pueblos, haciéndolos partícipes de puestos directivos en lo público y en la milicia. Desde su original Mongolia, en esa época había un gran desconocimiento de cómo era el gran continente asiático. Sin embargo su primera expansión en horizontal tenía una base en el comercio de la Ruta de la Seda y sus contactos con mercaderes europeos, bizantinos, turcos, árabes, y de las etnias del Asia central, que finalizaban su larguísimo viaje en China. En su último avance arrasan el sur de Rusia, de Polonia, parte de Siberia y toman posesión de Bagdad.

La primitiva cultura mongol descubre la China de los Song con un alto nivel social, artístico, y abierto a otras culturas, como nunca fueron las medievales europea, alos que vendía no solo seda, sino también especias, perlas, porcelanas y también otros productos que iba encontrando por la enorme ruta como alfombras, orfebrería, pergamino. Toda esa riqueza va impregnando los altos niveles mongoles, resultando una corte de Kublai Khan llena de riqueza y sofisticación que deslumbrará a los Polo en la segunda mitad del s. XIII.

Hay en especial dos factores que favorecen de forma notable el desarrollo del imperio, como son las redes logísticas y comerciales, de caminos y de postas, ya fomentadas por la dinastía Song, y unos caballos duros y rápidos que avanzan fronteras en pocos años, descubriendo mundos insospechados. Kublai Khan restablece el fructífero negocio de la seda, que había tenido antiguo esplendor con el imperio romano, donde las mujeres pagaban precios disparatados para conseguir el tejido y capricho de sus sueños. Tanto es así que Roma impuso fuertes restricciones que suponían una considerable salida de metales preciosos pagados a los comerciantes asiáticos.

Debe tenerse en cuenta que la ruta de la seda se pone en marcha en los albores de Europa. La dinastía de los Han impulsan el comercio, el emperador Wu 141-87 aC, abre la primera ruta de la seda con el general Zhang Qian, a través de la tribu nómada de los Xiong-nu. Será la vía por la que llegarán a Europa novedades como el papel, la pólvora, la imprenta, la brújula, mientras el oro y la plata llegaban a China, y misioneros budistas y cristianos se cruzaban con ideas, idiomas y religiones.

Los hermanos Polo, antes de Marco P., comerciantes avezados en el comercio oriental, tenían un puesto comercial en Crimea y allí se encaminan desde Constantinopla, donde en 1260 habían invertido una suma importante en compra de joyas que podían negociarse con los mercaderes orientales. Al ver que su negocio allí estaba estancado decidieron llegar a Sarai, al norte del Caspio, donde vendieron sus joyas al doble de su valor de adquisición, y después de un año en tal territorio percibieron que los mongoles de Kublai, en su política apaciguadora, no buscaban la guerra, sino el comercio en todas sus formas. Ante una situación de guerra en la vía de regreso optaron por continuar viaje a Bojara en Afganistán, donde encontraron un rico comercio que les proporcionó beneficios durante tres años, ya que conflictos armados en Persia no les recomendaba el viaje de retorno a su Venecia.

Al encontrar una caravana persa que iba a entrevistarse con el emperador Kublai, y ser estos gustosos de ir acompañados de europeos, cosa muy extraña ya en el corazón de Asia, se unieron a ellos y en un año de viaje a caballo estaban en Pekín en un viaje de unos 4.400 km. El emperador ante semejantes viajeros, les otorgó salvoconductos, les asignó un acompañante (tal vez más para controlarles), y les pidió que le trajesen aceite del Santo Sepulcro, con una carta dirigida al Papa pidiendo 100 sacerdotes cristianos.

Esta última petición es difícil de entender, a menos que consideremos la actitud pacificadora y tolerante en temas culturales del emperador. La religión en China siempre tuvo una forma de politeísmo y de sincretismo, conviviendo aspectos del budismo, del confucianismo y del taoísmo de Lao Tse. Kublai adoptó el budismo, pero se mostró tolerante con todas. La Ruta de la Seda fue mucho más que seda, fue un gran aglutinador de comercio, ideas, religiones, novedades y tecnología. Tampoco era una ruta única, sino que tenía derivaciones y ramales hacia otros países. Así mismo pocos productos como la seda se movían de China a Europa. La mayoría recorrían tan solo un cierto segmento, y eran muchos los mercaderes que en el trayecto Constantinopla, Crimea, Sarai-Afganistán, Samarcanda/Bujará-Uzbequistán, Karakorum-Mongolia, Pekín, centraban su negocio en unos productos locales de ciertos países a comerciar en otros destinos.Por esta vía llego el budismo a las puertas de Europa y, en sentido opuesto, el primer cristianismo avanzó hasta Afganistán. Posiblemente Kublai deseaba conocer la mentalidad de occidente y su petición no tenía ningún sentido apostólico, sino simplemente especulativo y curiosidad intelectual.

La ruta es casi única entre Samarcanda y Pekín, con poco más que dos alternativas, una más al norte y otra al sur. Pero entre Constantinopla y Samarcanda se desarrolla una serie de nodos comerciales como Trebisonda, Tabriz, Acre, Damasco, Bagdad, Bojara, Ormuz, que van moviendo el comercio al son de las guerras, inestabilidad política, e incluso de las modas y la demanda de ciertos bienes.

El regreso de los Polo se demoró por tres años, llenos de inconvenientes y traspiés, hasta llegar a Acre, donde se enteraron que acababa de fallecer el papa y estaba Sede vacante. Aprovechando para conversar con el Patriarca de Alejandría que les aconsejó esperar al nuevo papa. Por fin desde el puerto de Layas en Anatolia navegaron a Venecia, donde la madre de Marco había fallecido.

El libro de Marco Polo está marcado por su inmensa curiosidad, muy centrada en temas comerciales como buen mercader que se precie, mientras no le llama la atención la imprenta, ni el papel, ni las ideas filosóficas. Sin embargo relata temas curiosos. Entre ellos el monte Ararat donde según la tradición quedó varada el arca de Noé. O unos yacimientos en Georgia de donde mana sin contención una enorme cantidad de un aceite combustible con el que se pueden llenar 100 naves. Eran el actual yacimiento de Bakú, hoy uno del crudo más rentable del mundo. Le sorprende ver en Georgia el cristianismo Nestoriano, que se enfrentó a los arrianos por no reconocer a Jesús como persona divina, pero que fue rechazado por Roma por considerar a la Virgen como madre de Jesús humano, pero no de la persona divina de Cristo, y que se extendió desde Persia a Mongolia, China e India. En el s. XII tenía en Asia 200 obispos y millones de fieles.

Después de más de dos años de espera un nuevo papa les entrega una carta dirigida a Kublai Khan y pone a su disposición dos sacerdotes, así como consiguen el aceite del Santo Sepulcro, con lo que comienza su periplo, embarcando hacia Layas. Tabriz le causa gran impresión por su riqueza y esplendor de construcciones con una heterogénea población de armenios, nestorianos, jacobitas, georgianos y persas, con un comercio de lujo, sedas y piedras preciosas.

En Persia, camino de Ormuz para embarcarse con destino a China, descubre la leyenda de los Reyes Magos, donde estaban enterrados y embalsamados. Le explican que le ofrecieron a Jesús oro si su naturaleza era terrenal; incienso caso de ser divino; y mirra si era médico, pero el niño no eligió y les entregó una piedra que más tarde descubrieron que engendraba el fuego tal como lo entiende el zoroastrismo. Al fin llegan al puerto de Ormuz con muchas naves pequeñas y livianas, sin clavazón ni madera, tan solo cosidas con lianas muy primitivas que nada tienen que ver con las galeras venecianas, y al no arriesgarse cambian de ruta y se internan en el desierto persa, donde Alejandro derrotó a Darío, lleno de leyendas ismaelitas.

Al final cogen la ruta por Afganistán y la parte norte del desierto de Gobi, lleno de apariciones, espejismos, donde en un silencio sepulcral se oyen extraños ruidos que se atribuyen a extrañas leyendas más o menos terroríficas. La arribada a la corte de Kublai supone un recibimiento notable y, al poco tiempo, este descubre en Marco agudeza, imaginación y buen sentido, por lo que le nombra consejero. Era la primera vez que un europeo ocupaba un puesto oficial en el gobierno y, en este caso, un cargo de confianza, muy próximo al máximo líder. Tiene que viajar en su comitiva que le deslumbra, con un pabellón real llevado a lomos de cuatro elefantes. Menciona la sorpresa que le causa la capital Pekín, de grandes espacios y avenidas, y los cultivos de morera como alimento de los gusanos de seda, como ninguna capital europea tenía ni parecidos. Contempla el palacio de sus cuatro esposas que le dieron 22 hijos, más sus concubinas y sus otros 25 hijos; una guardia de 12.000 soldados. Asiste a las 15 fiestas que cada año conmemoran al poder, a las que asisten 12.000 barones vestidos de seda y oro. Una vez al año le regalaban 100.000 caballos blancos y 5.000 elefantes. En sus banquetes ceremoniales estaba rodeado por servidores con mascarilla cubriéndoles boca y nariz para no contaminar los alimentos.

Marco Polo se sorprende de ver como usan el papel moneda, desconocido en Europa. Resulta una novedad tan potente, que no es capaz de entender su funcionamiento como una garantía y promesa de cobro en oro o plata, y malinterpreta que el propio papel, confeccionado con la corteza de ciertos árboles tiene valor dinerario por sí mismo. No menciona el mecanismo real, por el cual los comerciantes depositaban su oro y plata, recibiendo como contravalor un papel de garantía representativo de su efectivo. Tampoco menciona el papel de arroz que ya usaban desde el siglo primero, ni la imprenta desarrollada en el s. XI.

Le sorprende la calidad de los caminos pavimentados, con hitos y señales, así como los sistemas de comunicación. Cada 25-30 millas había una casa de postas y hospedaje de viajeros. Cuando el gobierno necesitaba transmitir un mensaje contaba con casas de postas cada 3 millas en los itinerarios básicos, con corredores que cubrían las 3 millas en menos de media hora con una velocidad de 8 millas/h, o sea 190 millas al día. De esta forma un mensaje llegaba al sur del imperio en 2 meses, y a Birmania en 3,5 meses. Para mensajes muy urgentes, en esas postas existían caballos con jinetes que, recorriendo 25 millas en una hora, avanzaban unas 400 millas en un día, alcanzando el sur de China en menos de 4 días. Nunca el imperio romano logró un sistema de comunicaciones tan avanzado.

Algunos de los datos que aporta Marco Polo parecen exagerados, pero nos quedamos entre la sorpresa y la fascinación que un europeo del s. XIII tuvo que experimentar ante una civilización muy sofisticada que llevaba a Europa un adelanto entre 500 y mil años.

Una cosa que nunca entendí era como un Veneciano llegado a Pekín podía integrarse en un gobierno. Una vez repensado me doy cuenta de que Marco estaba ya muy enseñado por su padre y tío. En cuanto al dominio del idioma queda claro que el viaje podía durar en torno a dos años, en caravanas que por seguridad serían muy numerosas, (del orden de 100 caballos y 100 camellos), en las que tenía todo el día para ir intercambiando comentarios con gente de toda Asia, y un joven espabilado y con interés tenía tiempo suficiente para aprender el idioma, o incluso varios idiomas de la zona.

Marco desempeña diversos puestos de creciente responsabilidad, llegando a gobernador en Yang Chou / Yang Zhou, visitando Birmania, norte de la India, Tibet. También visita las diferentes grandes ciudades como Cantón o Hang Zhou. Como persona inquieta y curiosa recoge infinidad de datos sorprendentes, algunos casi inverosímiles, pero que la historia de oriente ha ratificado. Puede que en una memoria de 24 años haya muchas inexactitudes, pero no se puede poner en duda su peripecia vital, como algunos que han puesto en duda incluso su viaje hasta China.

El regreso a Venecia se lo pone difícil el Khan, hasta que se presenta la oportunidad como protección y escolta de una princesa mongol destinada como esposa de Il Khan de Persia, que da lugar a un largo periplo marino por el mar de China, Indonesia, Ceilán, hasta Persia y el puerto de Ormuz donde desembarcan. Su etapa siguiente es terrestre, dirigiéndose al norte hacia Trebisonda, que era un importante nodo de la red comercial oriente – occidente. De allí a Constantinopla siguiendo a Venecia. 

La religión en China. Así como en occidente predominan las religiones del Libro, que siempre han competido y, en ocasiones, han sido muy violentas y han generado enfrentamientos sangrientos, las religiones orientales son escasamente teístas, y mucho más pacíficas y tolerantes. En algunos templos hindúes aparece un mensaje del tipo “Visitantes: sois bienvenidos de todas las religiones”.

Los mongoles en su mayor parte eran chamanistas, pero convivían con el budismo, taoísmo, confucionismo, islamistas, maniqueos, judíos, nestorianos, católicos y gran variedad de sectas. Después de Gengis Khan los nestorianos dominaron la corte, mientras el patriarca de Bagdad tenía más de 200 obispos diseminados por toda Asia. Era normal tener ritos de varias iglesias, y algún Khan llega a expresar: “mientras no se demuestre cuál religión es la verdadera, lo más sabio es cultivarlas a todas”.

El papa, el rey de Francia, el basileus de Constantinopla, las órdenes monásticas y los cruzados, en diversas ocasiones presionaban a los emperadores chinos para que tomasen partido a favor de la iglesia de Roma y en contra de lo que consideraban el gran enemigo del Islam. Cuando Ruisbroeck,comisionado por Luis IX, llega a la corte de Pekín se asombra de la cantidad de nestorianos que conviven con otros credos, y de la cantidad de cristianos que se han establecido en oriente huyendo de las persecuciones de occidente.

Posiblemente esta gran colonia de Nestorianos en China fue la que creo la confusa leyenda del Preste Juan como mítico rey cristiano en la remota Asia, entonces totalmente desconocida en occidente.

Felipe el Hermoso de Francia y Eduardo I de Inglaterra recibieron a Rabano Sauma como embajador del Khan de Persia, y se sorprendieron de que fuese un nestoriano. Cuando Kublai les pide a los hermanos Polo que gestionen con el papa el envío de monjes católicos, su argumento no es de fe, sino de razón política ya que considera que el cristianismo es superior y tenía valor político, ya que cuanto más virtuoso fuese el pueblo, más estable sería el reino.

Marco Polo no llegó a entender las diferencias entre los muy diversos cultos, y al único que sabía identificar era al islam. De todos modos, siempre hubo una ligera prevalencia del budismo como rito más estructurado, y la figura de Buda se le grabó a Marco, que años más tarde lo explicó en Venecia.

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