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 TERTULIA NUESTRO MUNDO - NM55 NUEVO LEMA DEL FUTURO - PARTE I/II

Categoría: El hombre y su tiempo
Fecha: 25/09/2019

NUEVO LEMA de FUTURO. Raul Celestino

En cada reunión que hemos tenido de la tertulia, he echado en falta una cierta controversia previa. Algunos de los que tienen ideas o interés sobre el tema a tratar, escriben unas notas o envía una documentación que aporta datos sobre el asunto a tratar, y nunca, o al menos casi nunca, alguien escribe algo complementando o discrepando sobre el escrito recibido.

Es posible que haya algunas razones por la que no se haga controversia o apoyo previo, como puede ser que, si todo se expone antes de la reunión, ésta se empobrezca, o también que enviamos las notas con tan escaso margen que no hay tiempo para contestar.

En alguna ocasión comenté con Enrique Cabellos que la asistencia a nuestras reuniones iba decreciendo, siendo en la actualidad muy escasa. Me preguntaba si los temas tratados ofrecían poco interés. Me informó que no creía que esa fuera la razón, ya que había cerca de 50 personas que le habían pedido que les enviase copia de los escritos.

Si lo hacía ahora daba ocasión para crear controversia o apoyo, tanto de los que piensan asistir a la reunión como los que reciben los escritos y les interese exponer sus ideas.

La decisión la dejo al criterio de Enrique. 

NUEVO LEMA DE FUTURO

El lema de la Revolución Francesa de 1789, “Libertad, Igualdad y Fraternidad”, responde a las circunstancias que existían en Francia en el reinado de Luis XVI:

-          Un régimen monárquico absolutista que, debido a la influencia de una nobleza no dispuesta a perder sus privilegios, fue incapaz de tomar las medidas necesarias para atajar la crisis política existente.

-          El poder económico alcanzado por la clase burguesaque, junto a su cultura, cada vez más importante, empezaba a reclamar un poder político hasta entonces en manos de la aristocracia y el clero.

-          El incremento de los precios, en particular cereales y pan, de los impuestos y de los derechos reales y señoriales.

-          Las malas cosechas en los años que precedieron a la revolución.

-          La quiebra financiera debida a un sistema fiscal injusto.

Junto a estas circunstancias, fue fundamental la expansión de las ideas ilustradas expuestas por Voltaire, Rousseau, Montesquieu y otros, entre ellas los conceptos de libertad política, de fraternidad y de igualdad, como necesarias para obtener una sociedad idealmente justa.

La actualidad es bastante diferente:

-          Las ideas democráticas están extendidas por todo el mundo, aunque no estén implantadas por igual en todos los países.

-          A partir de la II Guerra Mundial existen organizaciones multilaterales con participación de la mayoría de los países existentes, cuyos fines son impedir los conflictos mediante medidas tomadas por la mayoría, aunque haya países con derecho a veto (ONU), el análisis y la toma de decisiones que impidan, o al menos amortigüen, las crisis económicas (FMI), la financiación de las infraestructuras que permitan mejorar a los países poco desarrollados o en desarrollo (BM),  la implantación de reglas justas en el comercio entre países (OIC), los derechos de los trabajadores (OIT), el resguardo y extensión de la cultura (UNESCO), la salud, el medio ambiente, etc.

-          Después de siglos de luchas entre países vecinos, han aparecido ideas de organizaciones supranacionales,queaunque en sus inicios se platearan para crear un espacio con unas reglas de comercio preferente entre socios, buscan como fin último quelos niveles de derechos legales y económicos se igualen entre los ciudadanos de los países que la componen.El ejemplo más claro y desarrollado es la Unión Europea.

En los últimos tiempos han aparecido una serie de problemas que cuestionan los avances que supusieron la puesta en funcionamiento de los sistemas y organizaciones expuestas en los puntos anteriores:

-          Aunque la democracia debería impedir la desigualdad entre los habitantes de un país que se rija por este sistema político, últimamente las medidas tomadas para paliar los efectos de la crisis de 2008, la ha acrecentado y la población con graves problemas económicos ha aumentado de forma significativa. El descontentogenerado por esta situación está favoreciendo la aparición y éxito de partidos con ideologías populistas, que utilizando los mecanismos del sistema, intentan y logran a veces, regímenes que recortan los derechos y las libertades.

-          Están siendo cuestionadas la existencia de la mayoría de las organizaciones multilaterales precisamente por aquellos países que fueron los que las promocionaron e implantaron. Su excusa es que no impiden los enfrentamientosarmados entre países, que no solono disminuyen sino que aumentan, de tal forma que hoy las inversiones en armamento tienen un volumen pocas veces alcanzado; en el comercio, que pretendía ser global y justo, cada día aparecen nuevos aranceles que lo desequilibran; los derechos de los trabajadores no existen, o al menos no son respetados en aquellos países que consideran que el ahorro que supone no aplicarlos les da una ventaja competitiva esencial; la implantación de sistemas no contaminantes en la industria, también se evita por lo mismo, los países no desarrollados y los en desarrollo se justificanporque con esos sistemas nunca podrán competir con los desarrollados, y algunos de estos últimos, que son los que más contaminan, no los respetanporque no están dispuestos a rebajar su competitividad.

-          Las desigualdades económicas entre países y la existencia de enfrentamientosarmados han sido la causa de que la emigración de los habitantes de los territorios más afectados hacia otros más seguros y favorables, haya aumentado de manera incontrolable. Los países “receptores” han tomado medidas de cierre de fronteras o limitación de los permisos de residencia para evitar los conflictos que les crea esa emigración, tanto económicos como de orden público, ya que sus ciudadanos, muchas veces incitados por los partidos populistas que hemos citado, culpan a los emigrantes de todos los problemas existentes, tengan relación o no, con ellos.

-          La UE podría presentarse como un paradigma de los problemas anteriores. A pesar de sus prioritariosobjetivos sociales, ha tendido más a una organización de comercio que a una preocupada por la igualdad entre los europeos. Dentro de la Unión existe hoy una exaltación de los nacionalismos que la debilita. Este problema está creando conflictos entre los países miembros y la Unión, aunque también internos en los países.

 

La exposición que se ha hecho de las circunstancias que dieron lugar al lema de la Revolución Francesa y de los conflictos actualmente existentes, no puede, ni pretende ser completa; me faltan los conocimientos y espacio para que lo pueda ser.

Pero ¿serían suficientes las circunstancias contemporáneas expuestas para que sirviesen de base para un nuevo lema que expresase los objetivos para alcanzar una nueva sociedad justa? ¿Se puede llegar a la conclusión de que el lema de la Revolución Francesa está obsoleto? ¿Sería sacar estos conceptos de contexto, si se analizan sus niveles de consecución en la época actual?

Creo que está claro que es imposible comparar la situación de las poblaciones de muchos países en el siglo XVIII con la actualidad, pero opino que hoy son objetivos plenamente vigentes, necesarios para conseguir una sociedad justa, aunque no suficientes para alcanzar ese objetivo.

LIBERTAD. Al exponer la situación de la democracia, advertíamos que su implantación no era general ni su nivel de desarrollo homogéneo. Queda un largo camino a recorrer para que la libertad sea homologable en todos los países.

FRATERNIDAD. El problema que existe en la acogida y trato a los emigrantes, da una idea clara del nivel de aplicación de este objetivo. Pero no solo eso, los niveles de xenofobia y discriminación, incluso en los países desarrollados, son inaceptables y crecientes.

IGUALDAD. Casi todos los países desarrollados y modernos tienen una legislación que asegura la igualdad de sus ciudadanos. Igualdad de derechos y obligaciones. Igualdad ante la Ley, igualdad de oportunidades para el desarrollo general, etc., pero somos conscientes de que la aplicación de esta legislación está lejos de ser correcta. Por no hablar de los países no desarrollados con sistemas políticos no democráticos.

¿Cómo podríamos complementar el antiguo lema de manera que su cumplimiento fuese suficiente para alcanzar o acercarnos,a una sociedad justa?

Parece necesario incluir también el desarrollo de las nuevas tecnologías de comunicación e información, que definen nuestra época mejor que cualquier otra circunstancia.

 Estas tecnologías nos están planteando problemas de confidencialidad de los datos y circunstancias personales que a pesar de los esfuerzos legislativos que se están realizando en algunos países, aún dejan mucho margen para que puedan utilizarse de forma torticera.

Puesto que la legislación no parce ser suficiente para el uso correcto de estas tecnologías, ¿podríamos pedir a instituciones, sociedades e individuos ÉTICA en su utilización?

Otro problema de estas tecnologías es que están incrementando la desigualdad entre los que tienen las capacidades para utilizarla, y aquellos que no han tenido la oportunidad de adquirir la formación que permite hacerlo. Este problema se está agudizando a causa de que estas tecnologías están cada día más presentes en la vida “normal”, relaciones con la Administración pública, Instituciones financieras, etc. Supongo que este problema se ha pensado que irá desapareciendo con el tiempo., ya que en los colegios la formación en informática está muy implantada, pero hay una parte muy importante de la población a la que se le ha pasado el tiempo de aprendizaje.

A pesar de que hoy la FORMACIÓN está plenamente asumida como un derecho del individuo, hay que asegurar que se alcanza el nivel adecuado y que el que no pueda alcanzarlo, tenga los apoyos necesarios para que esa carencia no le suponga un perjuicio.

En resumen, me parece adecuado mantener como lema LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD, ampliándolo con ÉTICA y FORMACIÓN.

José Luis Álvarez: Magnifica la exposición de Raul.Por añadir una muy pequeña aportación:quizás mejor “Ética y Educación”.

 NUEVO LEMA de FUTURO. Germán Labrador.

Estoy de acuerdo con la Ética y con la Formación, pero tanto la única como la otra se me quedan cortas si se circunscriben al ámbito de la Ley de Protección de Datos y la cultura y habilidades informáticas.

La experiencia de los dos siglos y medio cuajados de guerras, algunas espantosamente horribles, que han transcurrido desde la promulgación del Lema creo que permite postular que, sin PAZ, no podrá darse una sociedad justa, y que esa paz no puede ser lograda a costa de la aniquilación material o la marginación de las partes adversarias vencidas en un conflicto.

Si la Paz implica concordia entre partes disidentes, es preciso que las disidencias permanezcan dentro de unos límites que hagan factible la convivencia. Y ello no es posible sin que el estamento social que detente el Poder lo administre sujetándose al cumplimiento de una Moral, que, convengamos, muy bien pudiere estar expresada en el Lema de los tres principios de 1789, o en los cinco que Raúl propone.

Es, a mi modo de ver, crucial, que la Moral sea parte indisociable del Poder, que el concepto de Poder tenga en la Moral una de sus más importantes notas conceptuales, si no la más importante. Y ello por la sencilla razón de que el único valladar que protege al débil frente al poderoso, si hablamos de convivir en paz, es, precisamente, la moral del poderoso. No hay otro.

Por ello, el Poder debe ejercerse imbuido del mayor grado posible de desarrollo moral; es decir, cuanto más elevado sea el desarrollo moral del estamento que ejerce y administra el poder, tanto más protegidos estarán los administrados frente a la agresión del Poder por cuanto la Moral es su única salvaguardia.

Y, al propio tiempo, la sociedad entera debe ser una sociedad desarrollada moralmente, que lo sería tanto más cuanto que cada miembro hubiera alcanzado un determinado grado de desarrollo moral. Los especialistas más solventes, (Kohlberg, López Quintás, Habermas, Rest, Knowles...), distinguen diversos grados de desarrollo moral; el nivel básico es el de la persona que juzga los acontecimientos estrictamente según ella se vea afectada, y el nivel más elevado es el de quién ajusta sus decisiones a consideraciones categóricas basadas en principios morales universales.

Qué cosa puedan ser estos principios morales universales es harina de otro costal, de otro debate.

Ética, sí. Moral, al fin y al cabo.

Formación en destrezas, sí. Pero antes, formación moral. Del Poder y del ciudadano.

Libertad, Igualdad, Fraternidad, Moralidad. O Moralidad, Libertad, Fraternidad, Igualdad.

Quizá determinar el orden de estos conceptos sea, también, otro debate.

LEMA PARA EL FUTURO. Carlos Paris

Todo lema o divisa debe estar orientado a resumir en pocas palabras los hechos que se quieren resaltar o las acciones que se quieren impulsar en bien de una nación determinada. En ese sentido la divisa que, sin duda, ha adquirido más relevancia n la Historia y que suele tomarse como ejemplo, es la francesa.

Según recogen las propias fuentes de la Presidencia de la República gala: “Durante la Revolución francesa, “Libertad, Igualdad, Fraternidad” fue una de las numerosas divisas proclamadas. A partir de 1973, muchos franceses inscribieron en las paredes de sus casas la siguiente leyenda: “Unidad, Indivisibilidad de la República, Igualdad o Muerte”. Pero pronto se les invitó a borrar la última parte de la divisa, demasiado asociada al Terror.

Como muchos otros símbolos revolucionarios, el lema en cuestión cae en desuso bajo el Imperio. Reaparece durante la Revolución de 1848, es repudiado durante el Segundo Imperio y acaba por imponerse en la Tercera República, con algunas resistencias, incluso entre los partidarios de la República, que proponen incluir el concepto de solidaridad.

La divisa vuelve a inscribirse en los edificios públicos con motivo de la celebración del 14 de Julio de 1880. Figura en las Constituciones de 1946 y 1958 y, en la actualidad, se la considera parte integrante del Patrimonio Nacional francés”.

Esta conocida divisa es evidente que fue creada para un momento y una acción histórica determinada, como principio revolucionario para alentar la sublevación del pueblo francés. Como tal, cosechó un gran éxito, cumpliendo sobradamente los objetivos planteados.

El seguir conservándola como un principio estable que rija el funcionamiento y los anhelos de ese país, hace mucho tiempo constituido en Estado social y democrático de Derecho, y sin incurrir por ello en un cierto anacronismo, solo puede entenderse desde el deseo de conservar el recuerdo de un principio que alerte a sus ciudadanos de comportamientos indebidos que puedan arrastrar a la necesidad de una nueva sublevación. En todo caso, no se corresponde con el uso habitual de las divisas de los países democráticos, las cuales suelen referirse más bien a deseables comportamientos u objetivos futuros.

Antes de entrar en la búsqueda de una divisa deseable para España, resulta interesante dar una vuelta por el mundo, viendo los tipos de conceptos utilizados en los diversos lemas nacionales:

·         En los países de religión islámica, con Arabia Saudita al frente, la divisa suele ser “No hay más dios que Alá y Mahoma es su profeta”.

·         En muchos es frecuente referirse a temas como la Patria, la Unidad, la Libertad, la Paz, laJusticia, el Orden y el Progreso.

·         No es habitual la referencia a aspectos éticos. Únicamente aparece en el caso de Ucrania. “Libertad, acuerdo y bondad”.

Hay países, como Italia, que no tienen divisa y las de algunos de los más relevantes son:

·         Alemania: “Unidad, Justicia y Libertad”

·         China: “Servicio para el pueblo”

·         Estados Unidos: “En Dios confiamos”

·         Japón: “Paz y progreso”

·         Reino Unido: “Dios ymi Derecho”

Es curioso recordar que la actual divisa de España es: “Más allá”

Para iniciar la elección de una nueva divisa para España, me inclino por referirla a la actual situación de España, a la de una nación constituida, también, en un Estado social y democrático de Derecho. Si, en la posteridad y por desgracia, cambia esa situación, con seguridad ya alguien se encargará de cambiar el lema.

En un estado de esas características, cabría pensar que los elementos que componen la famosa divisa francesa están, ya de entrada, garantizados. 

 En lo concerniente a los conceptos de Libertad y de Igualdad, el articulado de la Constitución española, así como la demás legislación complementaria que la ha vendo desarrollado, respalda sobradamente estos principios cuya aplicación, así mismo, ha sido muy satisfactoria.

En lo referente a la Fraternidad o, en lenguaje más actual, a la Solidaridad, también nuestra Constitución recoge todo lo relativo a su establecimiento.

La legislación extiende su articulado de protección social a la sanidad, la educación, la cultura, el trabajo, la vivienda, la discapacidad, el desempleo, la tercera edad, etc.  La acción política se ha llevado a cabo, en general, con un grado de cumplimiento satisfactorio y, únicamente, dos tipos de asuntos registran deficiencias en su establecimiento: los culturales, que ha sido los grandes olvidados, y los relacionados con el alto nivel de desempleo que registra nuestro país que han sufrido mermas en algunas de sus prestaciones.

Resulta imprescindible luchar decididamente contra el paro y ello requiere dos tipos de actuaciones: la cultural, fundamentalmente en su aspecto educacional y la estructural, diseñando planes que establezcan claramente los ámbitos económicos a potenciar. El empleo lo generan mayoritariamente las empresas, por lo que es urgente desarrollar la actividad empresarial con nuevas ideas, diseños, organizaciones, ámbitos, etc., siempre con la decidida ayuda y soporte del Estado. Otros países lo han logrado recientemente (China, India, Japón, Corea del Sur, Irlanda, etc), mientras todas estas consideraciones huelgan en el lenguaje de nuestros políticos. Hay que progresar en las ideas y en las acciones, hay que crear más riqueza.

            ¿Qué otros conceptos nos preocupan y desearíamos mejorar? Dos en mi opinión, la unidad y la justicia. Son sobradamente conocidos los problemas planteados por los impulsos nacionalistas de diversas zonas del Estado que abogan por su independencia. Debe ser un objetivo primordial mantener España unida. Por otra parte, otro grave problema de la nación española es el funcionamiento de su justicia. Nuestra justicia está muy politizada: es excesiva la intervención política en los nombramientos, estos no tienen carácter vitalicio en ningún caso, los órganos de control no funcionan, no existe ningún interés en uniformizar los criterios de los jueces, existe un elevado grado de discreción en la aplicación de la ley, en muchos casos se dan sentencias contradictorias y todo ello con una lentitud desesperante, cuando es bien sabido que la justicia si no es rápida no es justicia.

            Como consecuencia de todo lo anterior, y aún a riesgo de no ser muy originales, nos vemos abocados a proponer la divisa:

UNIDAD, JUSTICIA Y PROGRESO

Eduardo Llorente: “El último que apague la luz”. (puede que el ser humano sea la primera y única especie que consigue destruirse a sí misma mediante armas incontroladas. ECB)

 

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