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 TERTULIA NUESTRO MUNDO - NM57 - HARARI - PARTE II/II

Categoría: El hombre y su tiempo
Fecha: 20/01/2020

 16-     Justicia. Nuestra visión de la justicia está anticuada.

La justicia tiene raíces evolutivas ancestrales. La moral cambia y el s. XXI tiene muchos valores que pueden ser vulnerados por una realidad que hoy no conocemos. La complejidad de nuestro entorno moral – leyes, costumbres, situación personal, política, ONGs, Facebook- hacen difícil valorar sus implicaciones. Sin embargo, todos los días vemos opiniones de nuestro entornosobre los temas más distantes y desconocidos, Putin, Trump, comercio transcontinental, granjeros del midlewest, educación finlandesa. El humano es de un atrevimiento e inconsciencia alarmante.

Estamos entre la ignorancia individual y el sesgo del grupo, movido por intereses oscuros. Al final cada persona busca su interés individual en una suma de egoísmos que se superponen sobre los intereses “non sanctos” de corporaciones empresariales, de partidos políticos, financieros, y hasta el infinito.

17-     Posverdad. Noticias falsas que se eternizan.

La historia está construida sobre muchas falsedades: Rusia cuando invade Ucrania, Hitler en su pacto con Rusia, Inglaterra ocupa Australia como “terranullius”, las indulgencias de las cruzadas, el mito de las huríes en batalla y su contraparte de Santiago Matamoros. Hoy Facebook y uasap falsean identidades, hechos y méritos.

El Sapiens fue el primero en crear ficciones y creérselas. Crea mitos para unir al colectivo humano. Luego lo desarrollaron los sumerios, egipcios y hasta hoy. Tales ficciones son el mejor invento para aglutinar a un colectivo con ideas comunes, evitar disidencias, y dirigir la mente bajo las conveniencias del grupo. (En unos casos es un dirigismo que mueve a toda una raza, o un pueblo de millones, pero también se da en un pueblo de 50 habitantes, o entre los aficionados a determinado programa televisivo). 

El senado romano tenía facultades para convertir a un humano en un dios al que el pueblo adoraba. Solo en 1945 el emperador de Japón renunció a su falsa divinidad. El sistema también funciona con la teoría de Gramsci de repetir algo mil veces hasta que cala en lo profundo y se convierte en dogma. El humano busca seguridades y no diferencia entre la convención y algo intrínsecamente valioso, vale lo mismo la libertad que el club de fútbol, ambos llegan al grado de sagrados.

La ficción y el poder suelen viajar juntos. Si queremos poder tendremos que difundir ficción. El verdadero pensador, el sabio, tiene el dilema de servir al poder o a la verdad. Los sabios más poderosos de la historia siempre situaron la unidad sobre la verdad. Como especie, el Sapiens prefiere el poder a la verdad, el control del mundo antes que entenderlo. La mayor ficción de todas es negar la complejidad del mundo.

18-     Ciencia Ficción. El futuro no es lo de las películas.

Los humanos controlan el mundo porque saben cooperar mejor que otros seres, y es porque creen en ficciones. Poetas, pintores, dramaturgos son tan importantes como los soldados e ingenieros. Vamos a la guerra y construimos catedrales porque leemos la palabra de dios, vemos a dios en pinturas, en teatro y en la iglesia. Del mismo modo el mito del capitalismo se sustenta en Hollywood, el rock, el coche, y los grandes almacenes.

En s. XXI predominan en varias artes la ciencia ficción que nos ofrece un futuro medio verdad, medio mentira, y confunde Inteligencia con Consciencia. El futuro con lucha de clases lo explica mejor Marx que Steven Spielberg. La IA no tiene sexo. Se elude la vida real con su dureza y sobresaltos, con ilusiones y granos de mostaza. A la gente le asusta estar encerrada en una caja, y no percibe que ya está dentro de una caja, su cerebro, que está dentro de otra caja mayor, la sociedad con sus mil ficciones.

Cuando la masa rusa se rebela contra el zar en 1917 termina en manos de Lenin y Stalin. El mundo nos manipula. Nuestra realidad e identidad es la ilusión creada por redes neuronales. Viajar a Fiyi, Machu Pichu o islas Galápagos no es escapar de sí mismo. La liberación y nuevo escenario que experimentamos está dentro de nuestra mente si la abrimos en cualquier sitio.

Todos vivimos dentro de unas coordenadas creadas por la evolución, por una historia de hechos, sentimientos y emociones, desde las más sublimes a las más rastreras. Mucho antes del Sapiens una mente imagina un cuchillo de piedra, otra mano crea el cuchillo, y otro mata un gamo, mucho más tarde lo asa. Los humanos controlan el mundo no por idear un cuchillo o por asar gamos, sino por manipular y llenar de rutinas la mente. Tal objeto, la mente, es modelado por la historia, por la biología y, sobre todo, por el acontecer y por el mecanismo de prueba y error, que va evolucionando con nosotros. Somos lo que hemos vivido, el trato con la familia, películas, libros y canciones, errores, aciertos, novias y profesores. Y nadie puede borrarse algo de la mente, pero la mente puede olvidar algo que le incomoda. Estamos condicionados y no podemos ser otra persona, con otras ideas y ficciones.

Esto lo refleja bien Disney en su film Del Revés, InsideOut, de 2015 sobre lo que hay en el cerebro de una niña de 11 años. Habría que relacionarlo con Un Mundo Feliz de Aldous Huxley 1931 con cerebros felices, pirateados por algoritmos bioquímicos, o el más terrible 1984 de George Orwell.

19-     Resiliencia. Educación. El cambio es la única constante.

¿Cómo se vive el desconcierto cuando los relatos antiguos se han desmoronado y no ha surgido un nuevo relato que los sustituya?

El cambio es la única constante. ¿cómo preparar a los hijos ante unos cambios sin precedentes y de radical incertidumbre? Si la tecnología podrá modificar cuerpo, cerebro y mente, no podemos decir nada del futuro. Hoy se necesita adivinar tendencias y adaptarse a un nuevo mundo. Muchos pedagogos piden el 4C: Pensamiento Crítico, Comunicación, Colaboración, y Creatividad.

No a habilidades técnicas. Sí a habilidades para la vida. Capacidad para enfrentarse al cambio continuo. Cambiará la economía, la sociedad, pero también el ser humano. Cualquier escenario futuro quedará muy lejos de la realidad. La Discontinuidad será la característica más destacada de la vida. La vida se alargará, tendremos que reciclarnos y cambiar la mente 5 – 7 – 10 veces en la vida. Creará mucho estrés y quemará personas irrecuperables. Hará falta mucha flexibilidad mental y alto equilibrio emocional. Aprender a estar cómodo ante lo desconocido. Desarrollar resiliencia que ningún profesor actual sabe transmitir. Hay que lidiar con tecnología cada vez más sofisticada sin convertirte en un zombi pegado a un móvil.

(Tener en cuenta:

1º precepto del oráculo de Delfos: “Conócete a ti mismo”. Con distancia y crítica porque todos somos lo que nos llega de familia, educación y redes

2º precepto de Delfos: “Nada en demasía”. No ser exhaustivo. Cambia de punto de vista y examina la realidad desde diferentes enfoques.)

Tendrás que ser ágil para moverte en esta selva con poco equipaje, ligero y versátil para pasar de ambientes distintos.

Peligro. Si ya se jaquean ordenadores, ¿se jaquearán humanos, su mente, sus aficiones, sentimientos, creencias, toda tu mente?

20-     Significado. Tu vida no es un relato.

¿Quién soy? ¿Qué hacer en la vida? Los hombres se lo han preguntado por milenios y lo han transformado en relatos de una historia inventada que no tiene que ver con nosotros.

Conviene tener un ideal. Una estrella que marque el camino. La religión, el mito, la sociedad. Hay relatos que pretenden abarcar toda la historia de la humanidad, y otros más concretos que se basan en un país o en una época – imperio romano, las cruzadas, o el cambio climático.

Un relato muy repetido que mueve a millones de personas es que existe algo nuestro, alma, psique, que persiste tras la muerte y se perpetúa en otra persona, transmigración, o en un espacio ideal con premio y castigo. Lo que no tiene sentido es preguntarnos si el relato es verdad o no. El concepto de verdad en esta tesitura carece de sentido.

(Otro relato es el de “dejar algo” en mi mundo para mis sucesores, puede ser cultural, (obra, poema), o biológico, (hijos, descendencia), o un camino abierto al futuro como puede ser un modelo de vida, el ejemplo, la coherencia con unos valores. Esto último es poco mencionado, pero de gran valor social. Lo de “predicar con el ejemplo” es un primer paso de una evolución eugenésica.)

(El Ejemplo no es tan solo el dejar una herencia de ideas y comportamientos, e incide en algo más profundo como es la necesidad de preocuparnos por la educación ante un escenario de dudas y desafíos. Si estamos convencidos que la educación es la principal arma para preparar nuestro futuro y el de nuestros hijos, dejarles una herencia de valores como la constancia, la cooperación, el diálogo constructivo, el respeto a los demás, el trabajo conjunto, es un cofre del tesoro que nos abre una nueva puerta a la comprensión de un mundo que se prevé complicado. Si nos planteamos qué dejamos a la humanidad, tal vez el mejor relato sea el de la ejemplaridad como vía trascendente hacia un mundo mejor. Tiene además la ventaja de su cercanía y su fácil entendimiento, comparado con otros relatos relativos a una extraña perdurabilidad en la eternidad, de conceptos tan difusos como alma o psique).

Todos los relatos son difícilmente comprensibles a la razón, y desde los albores de la humanidad surge el chamán, el hechicero o sacerdote que maneja los hilos y crea ritos, experiencias o sacrificios, que materialicen la relación con el mundo ideal haciéndolo próximo y tangible como sustituto de la irrealidad.Los mencionados sacrificios u ofrendas son el elemento real que personaliza el valor del relato y el fin previsto. A mayor coste o esfuerzo del sacrificio, mayor es la identificación del fiel con la divinidad

Este substrato fue aprovechado por los líderes, reyes o emperadores como excusa para su propia deificación, creando nexos inasibles con la divinidad, el culto a los muertos y las complejas teorías sobre el más allá. Véase el Libro de los Muertos como guía de viaje tras la muerte en Egipto, o el Libro de los Ritos de Confucio.

Desde Egipto, Grecia, Roma, era habitual adorar a varios dioses o relatos. Otorgaba una seguridad bastante absurda de tener cobertura por si alguno fallaba. Como el americano que financia al Tea Party, ama a Jesucristo, se opone a las políticas de bienestar, apoya a la Asociación del rifle, invierte fuerte en Wall Street, y le preocupa la redistribución de la riqueza. La verdad es que casi nadie tiene una sola identidad. (Es similar a la beata que le pide un favor a la virgen y a tres o cuatro santos, caso perceptible en cualquier iglesia con fama de milagrera).La complejidad cerebral permite contradicciones internas, ¿quién no las tiene?, y se entra en conflicto consigo mismo.

A veces una sociedad se enfrenta por falsos arquetipos mentales que cada cerebro entiende de forma diferente. El fascismo, del latín “fascium” (manojo de varas iguales y unidas, símbolo de autoridad),en la Italia de Mussolini siempre estuvo por detrás de la “famiglia” y del catolicismo. Fue sobre todo una forma de idealizar su figura. Resultó una forma doméstica del nazismo alemán, del nacional-socialismo racista y antijudío.

La neurociencia sabe que no existe magia en nuestras elecciones y creaciones. Son tan solo el resultado de millones de neuronas y patrones de comportamiento, elaborados a través de dos millones de años de evolución. El libre albedrío no es la libertad de elegir qué deseo, lo cual nos viene ya impreso en el código. El libre albedrío es tan solo la libertad de hacer lo que queremos hacer. Todo condicionado a lo que nuestras neuronas resuelvan sin un acto volitivo.

Nuestros sentimientos religiosos, políticos, artísticos, son fuertes o débiles no de forma voluntaria, sino lo que la mente ordena sin saberlo el yo. El yo es un relato ficticio que yo no construyo. Es lo que dicen las neuronas según una bioquímica dada y según todas las experiencias y emociones que han sufrido en la vida. El cerebro para sobrevivir magnifica las experiencias positivas y olvida lo negativo. Y cuando comete un error lo oculta inventando razones absurdas e inconsistentes. El hombre no es un relato.

Hace más de 2.500 años el budismo negó todos los dramas cósmicos, y el drama humano. Ni el universo ni el hombre tienen ningún sentido. No somos nada. Puro agnosticismo. Buda define tres realidades:

Todo cambia sin cesar. Nada perdura

Nada es completamente satisfactorio. Por tanto, no existe algo eterno

Nada nos satisface. El hombre busca algo eterno y no lo encuentra

Por tanto ¿Qué debo hacer? Buda responde: “No hagas nada”

Pelearse porque creemos que nada existe, y todo es fútil, es absurdo. Pero muy humano.

En el s. XVIII después de más de 2.000 años Birmania y Siam con el budismo en su ser, condujo a la guerra. En 1939 en Japón el budismo pasó a nacionalismo, militarismo y fascismo que originó horrores. Por mucho budismo que calme las aguas de la mente y del espíritu el humano seguirá matándose y creando horrores.

El humano ha conquistado el mundo gracias a relatos fantásticos y a creérselos.

El humano no distingue entre ficción y realidad, para así sobrevivir.

21-     Meditación. Simplemente, observemos

Cada ser humano es único por sus genes, neuronas, su historia personal, y el “dharma” que lo acompaña. Desde pequeño nos cuentan relatos sobre mitos, dioses, familia, patria, amor, capitalismo, economía, juegos, o mentiras.

Harari explica su forma de meditar según el Vipassana hindú, y cómo olvidar las grandes preguntas.

Se estudia mucho, pero ignoramos casi todo sobre mi mente, que no la controlo, ni me controlo en lo que pienso y quiero. Lo primero que percibimos es el propio cuerpo. Sufrir es la discordancia entre el cerebro y la realidad.

Mente y cerebro no son lo mismo. El cerebro se compone de neuronas y sinapsis en procesos bioquímicos que empezamos a conocer. La mente es el flujo de experiencias subjetivas, dolor, placer, ira, amor. La mente surge del cerebro, pero no sabemos cómo los impulsos cerebrales conforman las ideas. Podemos observar el cerebro y las corrientes entre neuronas, pero no vemos la mente, ni cómo se forman las ideas o las decisiones.Para meditar observándose a sí mismo se requiere olvidar teorías y filosofías, centrándose en lo que es nuestra práctica real y corporal. La conciencia es el mayor de los misterios del universo.

(Harari contempla sus experiencias personales y su proceso de meditación, pero olvida el trabajo más científico de los sabios que estudian la mente con rigor, con mediciones y contrastando teorías con test en humanos. No sabemos casi nada de lo que se hace en centros de investigación chinos o rusos, pero hay publicados muchos datos del mundo anglosajón dende se trabaja a fondo con importantes presupuestos).

(La tecnología pasó del cuchillo de sílex al ordenador, mientras surge el peligro de desestabilizar el orden mundial con la biotecnología, la IA y los robots, con los algoritmos que nos dirigen, mientras Google y otros nos ordenan la vida. No sabemos qué puestos de trabajo desaparecerán, ni cómo hay que educarnos para el s. XXI. Nada es tranquilizador. Pero veamos la parte positiva: aldabonazos como el de Harari pueden ser beneficiosos si nos espabilan y nos hacen meditar y poner en marcha cosas tan vitales cómo ¿Qué hacer con la EDUCACIÓN?) 

 

21 LECCIONES PARA EL SIGLO XXI. (Yuval Noah Harari). Abel Yebra

            Intento aquí primero resumir el contenido de las 400 páginas del libro, entrecomillando los mensajes que más me han llamado la atención, y luego dar mi visión crítica sobre estos mensajes y sobre la actitud del propio Noah Harari, puesto que esta actitud crítica es la que él mismo usa y recomienda.

            Los escritos de este joven (41 años) profesor de historia de la Universidad Hebrea de Jerusalén han tenido una importante repercusión en el mundo cultural de la actualidad. Sus anteriores libros (Sapiens y Homo Deus) han gozado de un enorme éxito editorial, pues se han vendido 14 millones de ejemplares y han sido traducidos a más de 45 idiomas. Se ha convertido, por tanto, en un fenómeno cultural. Por eso está justificado que le dediquemos una sesión en nuestros debates.

Resumen temático

            Entrando en los temas que el autor aborda, vemos que dedica las cien primeras páginas a analizar los retos a los que se enfrenta la sociedad actual. De los tres grandes relatos del siglo XX –el fascista, el comunista y el liberal-, los dos primeros se han venido abajo y el tercero parece que está languideciendo en los últimos años. El autor se inclina por la democracia liberal, aunque no deja de vapulearla, como a casi todo.

            “Desde la década de 1990, internet ha cambiado el mundo”. Este cambio es dirigido por ingenieros más que por partidos políticos. Sabremos alargar la vida, incluso crear vida; pero desconocemos cuáles serán las consecuencias. “Los humanos siempre han sido más duchos en inventar herramientas que en usarlas sabiamente”. El ciudadano de a pie apenas puede entender lo que está pasando. Está siendo utilizado sin percatarse. El individuo se siente irrelevante ante este sistema que llegará a manejar sus pensamientos. Sabe cómo luchar contra los mosquitos, pero no sabe cómo luchar contra un pensamiento que interiormente le persigue. “Es indudable que las revoluciones tecnológicas se acelerarán en las próximas décadas, y plantearán a la humanidad las mayores dificultades a las que nos hayamos enfrentado nunca…Quizá la revolución tecnológica eche pronto del mercado de trabajo a miles de millones de humanos y cree una nueva y enorme clase inútil, que lleve a revueltas sociales y políticas que ninguna ideología existente sabrá cómo manejar.

            “Si las emociones no son otra cosa que algoritmos bioquímicos, la inteligencia artificial (IA) llegará a actuar también sobre ese campo con mejores resultados que los propios humanos. Los sentimientos están basados en el cálculo, no en la intuición ni en la inspiración o la libertad. Los sentimientos no son lo opuesto a la racionalidad: encarnan la racionalidad evolutiva. Son los mecanismos bioquímicos que todos los mamíferos y aves emplean para calcular rápidamente probabilidades de supervivencia o de reproducción”.

            Hay dos capacidades en cuyos campos la IA actúa con más eficacia que los humanos: la conectividad y la capacidad de actualización. Estas ventajas “son tan enormes que en algunas profesiones podría tener sentido sustituir a todos los humanos por ordenadores”. Por ejemplo en la conducción de vehículos. “Cerca de 1,25 millones de personas mueren al año en accidentes de tráfico (el doble de las que mueren por guerras, crímenes y terrorismo). Más del 90% de estos accidentes son debidos a errores humanos… Es probable que pasar a vehículos automáticos salve la vida de un millón de personas al año. A la larga, ningún puesto de trabajo se librará por completo de la automatización”.

            El cuidado de los ancianos será probablemente uno de los sectores que más deprisa crezcan.

            “En 2050, no solo la idea de un trabajo para toda la vida sino también la idea misma de una profesión para toda la vida podría parecer antediluviana”.

            “Más que el peligro del desempleo debería preocuparnos el paso de la autoridad de los humanos a la de los algoritmos, lo que podría abrir el camino a la aparición de las dictaduras digitales”.

            “La revolución tecnológica que se avecina podría establecer la autoridad de los algoritmos de macrodatos, al tiempo que socavaría la idea misma de la libertad individual”. Porque los algoritmos informáticos podrán aconsejarnos mejor que los sentimientos humanos.

            Cuando la revolución de la tecnología se fusione con la revolución de la infotecnología, producirá algoritmos de macrodatos que supervisarán y comprenderán mis sentimientos mucho mejor que yo, y entonces la autoridad pasará probablemente de los humanos a los ordenadores”. “En su forma actual, la democracia no sobrevivirá a la fusión de la biotecnología y la infotecnología. O bien la democracia se reinventa a sí misma con éxito de una forma radicalmente nueva, o bien los humanos acabarán viviendo en dictaduras digitales”.

            “Dados los suficientes datos biométricos y la suficiente potencia de cómputo los sistemas externos de procesamiento de datos pueden acceder a nuestros deseos, decisiones y opiniones. Son capaces de saber con exactitud quienes somos”.

            A medida que los gobiernos y empresas consigan acceder al sistema operativo humano, estaremos expuestos a una andanada de manipulación, publicidad y propaganda dirigidos con precisión. Nuestras emociones y opiniones podrían resultar tan fáciles de manipular que nos viéramos obligados a fiarnos de los algoritmos… El régimen no solo sabrá exactamente cómo sentimos: podrá hacer que sintamos lo que quiera”.

            “Incluso en sociedades supuestamente libres, los algoritmos pueden ir generando autoridad debido a que aprenderemos por experiencia a confiar en ellos cada vez más cuestiones, y poco a poco perderemos nuestra capacidad para tomar decisiones por nosotros mismos”. Nótese cómo en las dos últimas décadas se busca información casi exclusivamente en Google. Ya no se acude a las fuentes, Google da la verdad.

            Pero, de momento, hay unos límites. “Parece improbable que seamos capaces de programar muy pronto ordenadores conscientes. De ahí que a pesar del inmenso poder de la inteligencia artificial, por ahora su uso continuará dependiendo en cierta manera de la conciencia humana… No es del todo imposible que la IA desarrolle sentimientos propios. Todavía no sabemos bastante de la conciencia para estar seguro de ello… El peligro es que, si invertimos demasiado tiempo en desarrollar la IA y demasiado poco en desarrollar la conciencia humana, la IA muy sofisticada de los ordenadores solo servirá para fortalecer la estupidez natural de los humanos”.

            Otro peligro es que “toda la riqueza y todo el poder podrían estar concentrados en manos de una élite minúscula, mientras que la mayoría de la gente sufriría no la explotación, sino algo mucho peor: la irrelevancia”. En consecuencia, “en el siglo XXI podrían surgir las sociedades más desiguales de la historia”.

            “Ciertamente, la globalización ha beneficiado a grandes segmentos de la humanidad, pero hay indicios de una desigualdad creciente tanto entre las sociedades como en el interior de las mismas… Ya hoy en día, el 1 por ciento más rico posee la mitad de las riquezas del mundo. Y lo que es más alarmante: Las cien personas más ricas poseen más en su conjunto que los 4000 millones de personas más pobres… Mientras que hasta ahora, los más ricos podían comprar poco más que símbolos de estatus, pronto podrán comprar la vida misma”.

            “Si los ricos pueden comprarse un cuerpo y un cerebro mejorados, con el tiempo la brecha (entre ricos y pobres) no hará más que agrandarse. Incluso la globalización podría llevar a una especialización: la división de la humanidad en diferentes castas biológicas o incluso diferentes especies”.

            “Si los datos se concentran en unas pocas manos, la humanidad se dividirá en diferentes especies”. La carrera para poseer los datos ya ha empezado. Al captar nuestra atención consiguen acumular cantidades inmensas de datos sobre nosotros, que valen más que cualquier ingreso publicitario… No somos sus clientes: somos su producto”.

            No tenemos mucha experiencia en regular la propiedad de los datos. Éstos están por todas partes y en ningún lugar al mismo tiempo, y de ellos se pueden hacer infinitas copias.

            Los algoritmos pueden servir para la circulación de vehículos y la cura de enfermedades, pero cuando se trate de resolver problemas sociales, tendremos que seguir confiando en políticos y sacerdotes”.

            Es más fácil que nunca hablar con mi primo en Suiza, pero más difícil hablar con mi marido desayunando, porque está todo el rato pendiente de su teléfono inteligente en lugar de estarlo de mí”.

            “Si uno no se siente cómodo con su cuerpo nunca se sentirá cómodo en el mundo… Facebook y los demás gigantes en línea suelen considerar que los humanos son animales audiovisuales: un par de ojos y un par de oídos conectados a diez dedos, una pantalla y una tarjeta de crédito”. Olvidan que también tienen cuerpo.

            La tesis de choque de civilizaciones es falsa. Los grupos humanos difieren de los de animales, que llevan en sus genes sus conductas sociales y no han cambiado en milenios. Los grupos humanos pueden tener sistemas sociales distintos pero no determinados por la genética, y rara vez duran más de unos pocos siglos. “Los grupos humanos se definen más por los cambios que por la continuidad”.

            Las especies a menudo se dividen, pero nunca se fusionan. En cambio, las tribus humanas tendieron a unirse en grupos cada vez más grandes. Hace diez mil años la humanidad estaba dividida en incontables tribus aisladas. Cada milenio que pasaba, estas tribus se fusionaron en tribus cada vez mayores, creando cada vez menos civilizaciones diferentes”.

            “En todo el globo, las personas no solo están en contacto entre sí, sino que comparten cada vez más creencias y prácticas idénticas”. Hoy un único paradigma político es aceptado en todas partes.

            En las olimpíadas actuales, los atletas se agrupan por su nacionalidad, no por su religión o idioma. Cada país del mundo tiene un himno que se ajusta el mismo modelo universal. Cada competición en estas olimpíadas se realiza bajo un reglamento o acuerdo global.

            “En la actualidad, casi todo el mundo cree –con variaciones un poco distintas- en el mismo tema capitalista, y todos somos piezas de una línea de producción global”.

            Hoy, en todo el mundo opera la confianza en el dólar. En todo el mundo se curan las enfermedades con las mismas medicinas y los médicos de bata blanca, formados en las mismas universidades, están en todos los hospitales.

            “La gente tiene todavía diferentes religiones e identidades nacionales. Pero cuando se trata de asuntos prácticos, casi todos pertenecemos a la misma civilización”.

            “Cualesquiera que sean los cambios que nos aguardan en el futuro, es probable que impliquen una lucha fraterna en el seno de una única civilización en lugar de una confrontación entre civilizaciones extrañas. Los grandes desafíos del siglo XXI serán de naturaleza global. Los posibles debates nos harán todavía más interdependientes… aunque la humanidad está muy lejos de constituir una comunidad armoniosa, todos somos miembros de una única y revoltosa civilización global”.

            La guerra fría y la internalización han logrado la contención en el uso de armas atómicas y proteger al mundo de una posible destrucción nuclear.

            “Cuando se trata del clima, los países ya no son soberanos… El aislacionismo nacionalista probablemente sea mucho más peligroso en el contexto del cambio climático que en el de la guerra nuclear”.

            Si la humanidad no consigue concebir e impartir globalmente reglas éticas generales y aceptadas, se abrirá la veda del doctor Frankenstein”.

            “Dentro de un siglo o dos, la combinación de la biotecnología y la IA podría resultar en características corporales, físicas y mentales que se liberen por completo del molde homínido. Hay quien cree, incluso, que la conciencia podría separarse de cualquier estructura orgánica y surfear por el ciberespacio, libre de toda limitación biológica y física”.

            “Necesitamos una nueva identidad global porque las instituciones nacionales son incapaces de gestionar un conjunto de dilemas globales sin precedentes… La única solución real es globalizar la política”.

            “Las sagradas escrituras quizá fueran relevantes en la Edad Media, pero ¿cómo van a guiarnos en la era de la inteligencia artificial, la bioingeniería, el calentamiento global y la ciberguerra? Las religiones resultan en gran parte irrelevantes a la hora de enfrentarnos a los problemas técnicos y políticos. En épocas más recientes, biólogos y cirujanos han relevado a sacerdotes y milagreros”.

            “Las teorías económicas modernas son mucho más relevantes que los dogmas tradicionales”. La teología de la liberación, que hizo que Jesús se pareciera un poco al Che Guevara, y el reclutamiento de Jesús para el cambio climático del papa actual, no pasan de ser una fachada, como decía Marx.

            “Problemas como la guerra nuclear, el colapso ecológico y la disrupción tecnológica solo pueden resolverse a nivel global. Pero el nacionalismo y la religión dividen todavía a nuestra civilización humana en campos diferentes y a menudo hostiles”.

            “Aunque los retos no tienen precedentes, y aunque los desacuerdos son enormes, la humanidad puede dar la talla si mantenemos nuestros temores bajo control y somos más humildes respecto a nuestras opiniones. En el terrorismo, el miedo es el argumento principal. La respuesta más eficiente podría ser un buen servicio de inteligencia y acciones clandestinas contra las redes que lo alimentan”.

            “China se ha convertido en el motor económico del planeta”.

            “En la actualidad, la tecnología y la información son más importantes que la industria pesada. Hoy en día, los principales activos económicos consisten en el conocimiento técnico e institucional más que en los trigales, las minas de oro o incluso los campos petrolíferos, y el conocimiento no se conquista mediante la guerra… Por desgracia, aunque las guerras sigan siendo un negocio improductivo en el siglo XXI, esto no nos da una garantía absoluta de paz. Jamás debemos subestimar la estupidez humana. Tanto en el plano personal como en el colectivo, los humanos son propensos a dedicarse a actividades autodestructivas”.

            “Un remedio potencial para la estupidez humana es una dosis de humildad. Las tensiones nacionales, religiosas y culturales empeoran por el sentimiento grandioso de que mi nación, mi religión y mi cultura son las más importantes del mundo”.

            “La moral, el arte, la espiritualidad y la creatividad son capacidades humanas universales incrustadas en nuestro ADN. Su génesis tuvo lugar en el África de la Edad de Piedra. Por tanto, es un craso egoísmo adscribirles un lugar y una época más reciente (China, Grecia, Arabia…)”.

            “A diferencia de las religiones universales como el cristianismo, el islamismo y el budismo, el judaísmo ha sido siempre una fe tribal”.

            La idea de que las normas éticas empiezan con Abraham y Moisés y se derivan de los diez mandamientos es descabellada. “Es una idea insolente e infundada que pasa por alto muchas de las tradiciones éticas más importantes del mundo… Hoy en día, los científicos señalan que en realidad la moral tiene profundas raíces evolutivas anteriores en millones de años a la aparición de la humanidad”.

            “Confucio, Lao-Tse, Buda y Mahavira establecieron códigos éticos universales mucho antes que san Pablo y Jesús, sin saber nada de la tierra de Canaán ni de los profetas de Israel. Por tanto, no tiene en absoluto ningún sentido atribuir al judaísmo y a su descendencia cristiana y musulmana la creación de la moral humana”.

 

 

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