Asociación de Veteranos de Dragados

A la chita callando hemos entrado en este nuevo año de los tres patitos y un cero en medio. Desde esta ubicación en el tiempo, como ocurre todos los primeros de enero, nos las prometemos muy felices con una ristra de buenos propósitos personales  que esperamos cumplir a lo largo de los doce meses que vienen. Y eso está muy bien.  Y¡ ay!  del que no espere nada. La ventaja que tenemos es que las cosas que dependen de nosotros las podemos manejar. La desventaja para expectativas  más elevadas, sociales, políticas, sanitarias... es que en esos campos,  hay que reconocerlo, no somos nadie. Lo que venga y no nos guste habrá que meterlo en la mochila de la paciencia y esperar a que escampe.  Entiendo que esto es situarse en un actitud realista.  Pero  lo que  sí debemos hacer  es mantener  nuestros ojos bien abiertos,  participar en todo aquello que de alguna manera nos permita  modificar, a mejor,  lo que nos afecte  y plantarnos en   una actitud positiva y participativa. Si hay que llevar mascarilla se lleva, si hay que votar se vota, si vemos algo que no nos gusta se dice y se airea para que llegue a dónde lo puedan escuchar.  Modestamente,  opino que eso es mantenerse enganchado a la vida.

Buena travesía en este viaje que iniciamos por el 2022. Soltamos amarras. Levamos anclas.