EL INFARTO DE CASILLAS NOS DESCOLOCA - Agustín del Pino
He tenido que escuchar a varios cardiólogos- entre ellos al que fuera estrella del baloncesto Juan Antonio Corbalán – decir que la causa del infarto de nuestro Iker Casillas puede que se deba a una causa congénita, que estaba ahí latente hasta que se ha manifestado, para volver a congraciarme con los médicos que nos dan consejos para prevenir estos graves episodios.
Y es que a uno, en sus derrapes mentales a toda pastilla, cuando conoció la noticia se le cayeron los palos del sombrajo preventivo. De manera que a nuestro portero Campeón del Mundo, con 37 años, que entrena a diario, que no bebe ni fuma y que le llega este tantarantán, ¿qué será del resto de los mortales que son mayores, beben y fuman a troche y moche y no se llaman Iker, y no entrenan cada día, ni han ganado varias copas de Europa ni la del Mundo? Mal, muy mal lo tienen.
Ah! La causa congénita, nuestra salvación. Debemos oír a nuestros buenos doctores que nos aconsejan hacer una vida sana, no engordar, pasear al menos media hora cada día para que así podamos llegar a viejos. A más viejos quiero decir.
Y ahora en serio: hacemos un brindis por la pronta recuperación de nuestro Iker Casillas, admirable no sólo por sus excelentes dotes deportivas sino porque además es una gran persona.
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